Todo el comercio de Papúa está en manos indonesias. Los papúes solo comercian con materias primarias y un poco de artesanía. Por sus manos pasan las verduras y las frutas que cultivan y transportan desde los poblados a Wamena. Allí amontonan primorosamente sus productos en pequeñas raciones y los ponen a la venta. También venden tabaco que lían hoja por hoja en formas caprichosas.
La artesanía que ofrecen los hombres está relacionada con los adornos y la caza, con colgantes que incluyen fósiles o dientes de jabalí, arcos, flechas y lanzas, que hoy en día siguen siendo tan certeras como antaño. La que produce las mujeres es diferente y se realiza trenzando a mano hilos hasta construir redecillas que transforman en grandes bolsas con las que transportan sus pertenencias y mercaderías sobre su cabeza.
Apenas se ven papúes en Wamena ataviados al modo tradicional. Todo el mundo viste con telas al estilo occidental u oriental. No obstante aún es posible ver a algún anciano “vestido” con la tradicional Koteca, hecho que aún realza más la singularidad de este atavío y avisa de su próxima desaparición o bien de su reserva para celebraciones.
Continuaremos nuestro viaje con el trek por el valle de Baliem, así que tardaremos algún tiempo en subir una nueva entrada.
1 comentario:
¡Ché quines safanories mes bones! Celebramos hayáis llegado bien, aqui os seguimos con entusiasmo y esperamos con el vino de rigor, Monastrell of course.
Una abraçada.
Publicar un comentario