Salimos temprano hacia la frontera de Nepal con Tibet. Tras varias horas de jeep TATA llegamos a la frotera, the border. El pase fue absolutamente friky. Tras pasar por el policia chino de salud, por el detector de temperatura (pánico por la gripe A también aquí) , y el consiguiente secuestro de tres peritas que llevabamos para matar el hambre, continuamos hacia el oficial intelectual, encargado de revisar el material peligroso en forma de libro. Tras abrirnos meticulosamente la maleta y observar todas nuestras pertenencias, parece que lo que más le interesó era el material impreso, pero no por interes cultural, si no por si contenia fotos o mensajes del Dalai Lama. El que más le llamó la atención fue la quia de lonely planet. Avisados de que tal eventualidad nos podia suceder, la habias camuflado convenientemente arrancandole la portada y algunas que otras hojas, delicadas.Sin embargo el policia chino de los libros, afanosamente comparaba las multiples guias que tenia en su cajón, previamente expropiadas, página a página, en busca de frases o fotos clave.Hubo suerte, ya que comparo la pagina de la guia inglesa con referencias al lama pero que no estaban en la misma pagina en la versión en español. Finalmente conseguimos pasar la guia Lonely Planet, ya veis.A esas alturas del viaje intuimos que iba a ser un gran logro, aunque no teniamos ni idea de lo que realmente la ibamos a necesitar.
Tras cruzar la frontera conocimos a nuestra quia, cuyo nombre todavia no consigo recordar y probablemente preferiría, si finalmente olvidar ( en realida se llama Se'tien, como el obispo...) y al driver (Shampa), asi como al magnifico Toyota Land Cruiser (quiero uno...) que nos llevaria por lo 1000 km que nos separaban de Lhasa, siguiendo la carretera de la amistad.
Claro al entrar en un pais nuevo, es necesario cambiar de moneda, aqui a yuanes, pero cual fue nuestra sorpresa, al comprobar que no teniamos ni idea del paradero de nuestra bolsita Samsonite, perfectamente preparada para no perder el dinero, pero no exenta de perderse toda ella. Menos mal que estaba ya todo pagado y solo quedaban cuatro duros, o más bien cuatro dolares, asi que nos encontramos con unos cuantos euros que teniamos guardados para apuros en un rincon de la mochila y a la espera de encontrar un cajero a la breve distancia de 4 dias de Toyota.
Tras recorrer escasamente 12 km nos soltaron en el primer pueblo del Tibet, cuyo nombre prefiero ni saber (en realidad Zangmu, pueblo fronterizo digno de pelicula de Mad Max, o de Tarantino, aun no estamos seguros), pues teniamos que iniciar los multiple papeles y permisos necesarios para poder moverse por aqui.
El pueblo sin nombre estaba formado por una única calle en zig-zag atiborrada de camiones que vomitaban la mercancia a las calles donde porters nepalis (que habían cruzado la frontera a pie) la pasaban de nuevo hacia Nepal.Los chinos que transitaban parecian como enviados a Siberia y los indigenas tibetanos estaban desubicados: un pueblo lleno de fantasmas.
Subimos y bajamos por el zig-zag con la idea de intentar encontrar un cajero descrito en la LOnely Planet. Finalmente en lo más alto, lo encontramos. Tras la alegria inicial introdujimos la tarjeta, pero horror, solo habian ideogramas chinos y no habia quien acertara con los botones, tras varios e infructuosos intentos, solo faltaba que se nos tragara la tarjeta, por lo que decidimos buscar a nuestra guia. Pero no dio su brazo a torcer: que no iba bien, que solo ponia los carteles pero estaba desenchufado. Tras varios intentos de convencerla, dijo que era imposible que el cajero reconociera nuestras claves. le propusimos que lo intentara por si sonaba la flauta y, con gran desidia, accedio a señalar el boton que marcaba el cambio de idioma. Asi fue finalmente conseguimos la pasta y proseguimos viaje, sin advertir el menor signo de contricción en la guia, tras su espantosa patinada.
Nuestra primera comida en Tibet la hicimos como mandan los cánones, donde decia la Lonely, y en coincidencia con nuestra guia, dado que era el unico restaurante del lugar (es broma, en realidad, había otro). A parte del arroz que nos pusieron podiamos comer también el de los clientes anteriores que había quedado convenientemente pegado al mantel.
Finalmente abandonamos este acogedor lugar y salimos hacia donde creiamos que iba a ser nuestra salvación. Craso error: nos dirigiamos a Nyalam (en Tibetano significa "Puerta del infierno"). Este era el inicio, como su nombre indica para descubrir los peores lugares donde dormir y comer, asi como llegar a alcanzar el nirvana por medio de la hipotermia y la altitud.
Llegamos a Tingri (4300 metros altitud). Este era el primer premio en hosteleria y gastronomia asi como en cordialidad, eso si, en dura competencia con el de Nyalam. Por el camino, tras el inicio de la gran meseta (casi como un gran desierto pero con mucho frio), al llegar a un collado de 5050 parecia que la suerte cambiaba y con un dia azul y soleado pudimos empezar a ver los primeros ochomiles, el Cho Oyu (8201), el Xishapagma (8012) y, finalmente, al llegar a Tingri, el Everest o como se llama en tibetano el Qomolanga (8848) (los nepalies lo llaman Shagarmata).
Tingri es una sola calle atravesada por la carretera que une Nepal y Lhasa, carretera llamada de la amistad, que tras la puesta del sol sobre el everets parecen despertar las jaurias de perros que ocupan la solitaria calle y hacen estremecedor moverse por la zona. No hay una palabra en castellanos, para definir el frio que hace allí. Fría de cojones y frío del carajo, son completamente insuficientes.
Temprano salimos para ver amanecer en el Campo base del Everest (5200). 100 km de pista por la inmensa meseta hasta el campo base. Esta bien escondido, km y km esperando, atisbando, imaginando, hasta que tras mas de tres horas de camino,y con la gran suerte de un dia soleado y sin una nube, aparece, inmenso, alto, ancho grande, con poca nieve eso si, pero extremadamente bello. Parece que todas las vicisitudes descritas son nada, al contemplar esta maravilla, el punto mas alto del planeta a una distancia tan pequeña.
La vuelta todavia nos depararía una sorpresa aún mejor. Tras ir con el toyota otras 3-4 horar de subidas y bajadas llegamos a un collado de 5200 metros de altitud donde pudimos volerlos a ver, atención, 5 ochomiles,todos juntitos: Makalu, Everest, Lhotse, Cho-oyu y Shisapagma. Esa imagen, sobre un límpido cielo azul, es de las que quedan siempre en la memoria visual de una vida. Creemos que es de lo más hermoso que hemos visto en nuestra vida.
Al dia siguiente tocaba el monasterio de Shakia, contruido en el siglo XIII. Cual fue nuestra sorpresa al entrar en el patio interior, encontrarnoslo completamente atiborrado de tibetanos de todas las etnias ataviados con sus mejores y tradicionales trajes. Se reiniciaba, con aviso de boca a boca,una ceremonia religiosa ancestral que no se habia hecho desde hacia 40 años, tras la revolucion cultural del 51. La ceremonia dio comienzo casi inmediatamente a nuetra llegada y en forma de procesión y música fueron reiniciandose los ritos pérdidos dentro de un clima de sencillas, enraizadas y profundas creencias que parecian inundarlo todo. Consistia en la elevacion de tres enormes mantos bordados por los monjes (Sahgmas, o algo asi), que despertaban la fe de los creyentes. Fue una experiencia magnifica, irreptible.
Tras ver la belleza del monasterio lo dejamos atras siguiendo nuestro viaje hacia Sigatse donde finalmente encontramos buena cama donde dormir y mejor comida.
Tras cruzar la frontera conocimos a nuestra quia, cuyo nombre todavia no consigo recordar y probablemente preferiría, si finalmente olvidar ( en realida se llama Se'tien, como el obispo...) y al driver (Shampa), asi como al magnifico Toyota Land Cruiser (quiero uno...) que nos llevaria por lo 1000 km que nos separaban de Lhasa, siguiendo la carretera de la amistad.
Claro al entrar en un pais nuevo, es necesario cambiar de moneda, aqui a yuanes, pero cual fue nuestra sorpresa, al comprobar que no teniamos ni idea del paradero de nuestra bolsita Samsonite, perfectamente preparada para no perder el dinero, pero no exenta de perderse toda ella. Menos mal que estaba ya todo pagado y solo quedaban cuatro duros, o más bien cuatro dolares, asi que nos encontramos con unos cuantos euros que teniamos guardados para apuros en un rincon de la mochila y a la espera de encontrar un cajero a la breve distancia de 4 dias de Toyota.
Tras recorrer escasamente 12 km nos soltaron en el primer pueblo del Tibet, cuyo nombre prefiero ni saber (en realidad Zangmu, pueblo fronterizo digno de pelicula de Mad Max, o de Tarantino, aun no estamos seguros), pues teniamos que iniciar los multiple papeles y permisos necesarios para poder moverse por aqui.
El pueblo sin nombre estaba formado por una única calle en zig-zag atiborrada de camiones que vomitaban la mercancia a las calles donde porters nepalis (que habían cruzado la frontera a pie) la pasaban de nuevo hacia Nepal.Los chinos que transitaban parecian como enviados a Siberia y los indigenas tibetanos estaban desubicados: un pueblo lleno de fantasmas.
Subimos y bajamos por el zig-zag con la idea de intentar encontrar un cajero descrito en la LOnely Planet. Finalmente en lo más alto, lo encontramos. Tras la alegria inicial introdujimos la tarjeta, pero horror, solo habian ideogramas chinos y no habia quien acertara con los botones, tras varios e infructuosos intentos, solo faltaba que se nos tragara la tarjeta, por lo que decidimos buscar a nuestra guia. Pero no dio su brazo a torcer: que no iba bien, que solo ponia los carteles pero estaba desenchufado. Tras varios intentos de convencerla, dijo que era imposible que el cajero reconociera nuestras claves. le propusimos que lo intentara por si sonaba la flauta y, con gran desidia, accedio a señalar el boton que marcaba el cambio de idioma. Asi fue finalmente conseguimos la pasta y proseguimos viaje, sin advertir el menor signo de contricción en la guia, tras su espantosa patinada.
Nuestra primera comida en Tibet la hicimos como mandan los cánones, donde decia la Lonely, y en coincidencia con nuestra guia, dado que era el unico restaurante del lugar (es broma, en realidad, había otro). A parte del arroz que nos pusieron podiamos comer también el de los clientes anteriores que había quedado convenientemente pegado al mantel.
Finalmente abandonamos este acogedor lugar y salimos hacia donde creiamos que iba a ser nuestra salvación. Craso error: nos dirigiamos a Nyalam (en Tibetano significa "Puerta del infierno"). Este era el inicio, como su nombre indica para descubrir los peores lugares donde dormir y comer, asi como llegar a alcanzar el nirvana por medio de la hipotermia y la altitud.
Llegamos a Tingri (4300 metros altitud). Este era el primer premio en hosteleria y gastronomia asi como en cordialidad, eso si, en dura competencia con el de Nyalam. Por el camino, tras el inicio de la gran meseta (casi como un gran desierto pero con mucho frio), al llegar a un collado de 5050 parecia que la suerte cambiaba y con un dia azul y soleado pudimos empezar a ver los primeros ochomiles, el Cho Oyu (8201), el Xishapagma (8012) y, finalmente, al llegar a Tingri, el Everest o como se llama en tibetano el Qomolanga (8848) (los nepalies lo llaman Shagarmata).
Tingri es una sola calle atravesada por la carretera que une Nepal y Lhasa, carretera llamada de la amistad, que tras la puesta del sol sobre el everets parecen despertar las jaurias de perros que ocupan la solitaria calle y hacen estremecedor moverse por la zona. No hay una palabra en castellanos, para definir el frio que hace allí. Fría de cojones y frío del carajo, son completamente insuficientes.
Temprano salimos para ver amanecer en el Campo base del Everest (5200). 100 km de pista por la inmensa meseta hasta el campo base. Esta bien escondido, km y km esperando, atisbando, imaginando, hasta que tras mas de tres horas de camino,y con la gran suerte de un dia soleado y sin una nube, aparece, inmenso, alto, ancho grande, con poca nieve eso si, pero extremadamente bello. Parece que todas las vicisitudes descritas son nada, al contemplar esta maravilla, el punto mas alto del planeta a una distancia tan pequeña.
La vuelta todavia nos depararía una sorpresa aún mejor. Tras ir con el toyota otras 3-4 horar de subidas y bajadas llegamos a un collado de 5200 metros de altitud donde pudimos volerlos a ver, atención, 5 ochomiles,todos juntitos: Makalu, Everest, Lhotse, Cho-oyu y Shisapagma. Esa imagen, sobre un límpido cielo azul, es de las que quedan siempre en la memoria visual de una vida. Creemos que es de lo más hermoso que hemos visto en nuestra vida.
Al dia siguiente tocaba el monasterio de Shakia, contruido en el siglo XIII. Cual fue nuestra sorpresa al entrar en el patio interior, encontrarnoslo completamente atiborrado de tibetanos de todas las etnias ataviados con sus mejores y tradicionales trajes. Se reiniciaba, con aviso de boca a boca,una ceremonia religiosa ancestral que no se habia hecho desde hacia 40 años, tras la revolucion cultural del 51. La ceremonia dio comienzo casi inmediatamente a nuetra llegada y en forma de procesión y música fueron reiniciandose los ritos pérdidos dentro de un clima de sencillas, enraizadas y profundas creencias que parecian inundarlo todo. Consistia en la elevacion de tres enormes mantos bordados por los monjes (Sahgmas, o algo asi), que despertaban la fe de los creyentes. Fue una experiencia magnifica, irreptible.
Tras ver la belleza del monasterio lo dejamos atras siguiendo nuestro viaje hacia Sigatse donde finalmente encontramos buena cama donde dormir y mejor comida.
4 comentarios:
Me has dejao boquiabierto......¿ de verdad no te has planteado dejar la rehabilitacion y dedicarte a escribir? Vaya experiencia que estais viviendo.....!! que envidia !!Por favor, despues de este viaje teneis que escribir un libro (con muchas fotos de Mari) aunque solo sea para los amigos.
Muchas gracias por los relatos, que los dioses os sean benevolos y recibid el mismo amor desde Alicante.
Queridos Carmen y Xema, habeis conseguido que viajemos con vosotros y que por lo tanto compartamos la putada de la Guía, del robo...., pero a la vez que vivamos mínimamente las otras experiencias. La del monasterio es irrepetible, enhorabuena. Un besazo. María José
Como todos los demás comparto la idea de ver publicadas easa experiencias, letra y fotos van ha hacernos disfrutar más, si cabe. Habeis conseguido que me sepa a poco.Cuidaros,lo imprescincible,y curiosead probandolo todo.Besos de colores.
Gracias por vuestro apoyo!, pero queria deciros que el blog es de los dos y que muchas entradas las ha escrito Carmen que esta viviendo el viaje con mucha intensidad.
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